El Marciano de Miró
Muchos de los Mirós del Reina Sofía datan de sus últimos años en la década de 1970, cuando el maestro catalán abrazó el alegre estilo abstracto en colores primarios. “Hombre con pipa”, por otro lado, es una de sus primeras obras. Es un retrato surrealista, casi alucinógeno en tonos tenues con una franja de color rojo, que representa lo que parece ser un extraterrestre con ojos penetrantes en forma de platillo y una pipa que está abierta a toda clase de interpretaciones.
“El gran masturbador” de Dalí
Esta pintura sugerente rara vez se comenta al enseñar las obras de Dalí en la escuela. Una masa rocosa en el Cap de Creus en Cataluña inspiró al artista a pintar un retrato de una mujer desnuda, cuya cabeza se inclina hacia la entrepierna inflamada de un hombre con las rodillas sangrientas. Como en todas las obras de Dalí, todo es posible y los sujetos están distorsionados, inclinados o al revés. Nada es lo que parece ser, por lo que el espectador se queda rápidamente hipnotizado.
La pesadilla de Picasso
El indiscutible punto álgido de la colección es la única obra de arte que cuelga siempre en el mismo lugar, es decir, en la habitación 206 en el segundo piso. El gigante Guernica de Picasso mide 3,5 por 7,8 metros y retrata los horrores del bombardeo de Guernica en 1937, cuando Hitler destruyó la ciudad vasca durante la Guerra Civil española a petición de Franco. Pero no pase mucho tiempo mirándola porque, aunque es la obra más famosa de Picasso, seguro que le producirá pesadillas.