Palacio de Gobierno
El impresionante palacio presidencial se ubica a orillas del río Rímac. En el auge del imperio inca el sitio tenía fuertes connotaciones religiosas. Aquí vivía el último emperador inca de la zona. Tras la conquista española, en 1535, Francisco Pizarro mandó a construir su palacio en el mismo lugar. Varios terremotos e incendios destruyeron completamente el edificio original. Se cree que un antiguo árbol plantado por Pizarro es lo único que queda de aquella época. El palacio actual se finalizó en 1938. Todos los días al mediodía se celebra el Cambio de Guardia. Con su uniforme azul y escarlata, los guardias son un espectáculo digno de admiración. Merece la pena una visita (gratuita), pero acuérdese de reservar con por lo menos dos días de antelación. La imponente entrada y los vestíbulos suntuosamente decorados son asombrosos. Muchos de los objetos que se encuentran en el interior nos cuentan la historia colonial de Lima.
La Catedral y el Palacio Arzobispal
La Catedral de Lima es uno de los edificios más conocidos de la ciudad. En 1535 Francisco Pizarro colocó la primera piedra de la primera iglesia construida en este emplazamiento, que más tarde sería destruida por un terremoto. La actual Catedral data del 1746 y tiene rasgos neoclásicos y barrocos. Durante la visita, fíjese en el techo en arco y en la tumba de Pizarro, decorada en mosaico. Junto a la Catedral se encuentra el Palacio Arzobispal, que está espléndidamente decorado con materiales preciosos como cedro y caoba y azulejos de Sevilla. La primera planta se usa para exposiciones de arte religioso, mientras la segunda está instalada con muebles antiguos y sigue siendo utilizada por el Arzobispo de Lima para desempeñar sus funciones oficiales.