Altstadt: de Rembrandt al Barfussbar
Muchos de los turistas que acuden a Zúrich no van más allá del casco viejo. Y es que tienen un buen motivo: esta zona tiene todo lo necesario para visitar y pasarlo bien. Suba los 187 escalones de la torre Grossmünster para contemplar unas espectaculares vistas de la ciudad, admire las vidrieras de Marc Chagall en Fraumünster, y disfrute de un espresso en el Rathaus Café mientras deja que su mirada se pierda más allá del río. Muévase por las calles sinuosas, o «Gassen», hasta llegar al Kunsthaus, donde podrá contemplar las obras de arte de Rembrandt, Van Gogh, Rothko y Warhol. Dé una vuelta por las muchas plazuelas con sus fuentes que están alrededor de la San Pedro, hasta llegar al pequeño parque de Lindenhof. Antiguamente, en lo alto de esta colina se erigía un fuerte romano, que era la parte más vieja de Zúrich. Cruce el puente Rathausbrücke para dirigirse hasta alguna de las terrazas del barrio Limmatquai y disfrutar de una raclette mientras contempla las preciosas casas barco del barrio Schipfe. Y, en una calurosa noche de verano, quítese los zapatos en el Barfussbar («el bar de los pies descalzos»), en la piscina Frauenbad de 125 años de antigüedad, y baile descalzo en el muelle de madera sobre el río Limmat, mientras el sol va desapareciendo poco a poco detrás de las torres gemelas Grossmünster.
Las mejores direcciones: 3 recomendaciones
El moderno café Cakefriends hace el mejor espresso de la ciudad, así como unas deliciosas tartas casera y helados. La principal tienda de la marca para jóvenes Alprausch está repleta de camisetas divertidas. Los diseños incluyen nombres como Alpaufzug, Bügelmeier o Bergbähnli y exhiben imágenes de símbolos suizos, como un cencerro, la cabra montesa o el tranvía, aunque interpretados de una forma más moderna. El bar Wings, un sofisticado local, está repleto de muebles de la desaparecida compañía aérea Swissair, que quebró en 2002. En una esquina están las filas de asientos de clase Business, las ventanas son de un MD-11 (la cerveza recibe su nombre por este avión) y entre los cócteles encontrará nombres como Takeoff (despegue), Turbulence (turbulencia) y Jetlag. Otro dato curioso: el propietario es un antiguo capitán y uno de los camareros fue tripulante de vuelo.