Los tesoros de Notre-Dame
Notre-Dame alberga muchos tesoros. Quizás lo más espectacular sean los llamativos rosetones del siglo XIII. El más grande se encuentra en la fachada sur: esta inmensa vidriera muestra varias escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento en cuatro círculos. Tres reliquias vinculadas con Jesús también se guardan en la Catedral: un trozo de la auténtica cruz, la corona de espinas y uno de los clavos.
El Jorobado de Notre-Dame
Muchos edificios antiguos tienen una historia, mito o leyenda, y casi todo el mundo conoce al Jorobado de Notre-Dame. La leyenda procede del epónimo libro (llamado simplemente Notre-Dame de París en francés) escrito en 1831 por Victor Hugo. Cuenta la historia del jorobado campanero que vive en lo alto de las torres de Notre-Dame y que se enamora de la bella gitana Esmeralda. Su amor no es correspondido. La historia se ha adaptado para la gran pantalla varias veces, y en 1996 la versión animada de Disney llegó a todos los públicos.
Fantásticas gárgolas
Las gárgolas de la fachada se incluyeron en la parte final de las canaletas para evacuar el agua de la lluvia de modo que no se filtrase por los muros de la Catedral. Otros residentes de la torre incluyen las divertidas estatuas (drôleries) de la Galería de las Quimeras. La intención de estas monstruosas caricaturas era espantar a los demonios: sentadas en las galerías alrededor de las torres, velan por París día y noche. Sus creadores hicieron bien uso de la imaginación para estas estatuas, mitad humanas, mitad animales: elementos como picos, colas de serpientes y alas de águila le dan un toque aterrador.