Cena en la Villa Richter
Esta elegante residencia veraniega no es difícil de encontrar, ya que se encuentra en mitad del viñedo. Gracias a la gran elevación, dispondrá de vistas panorámicas tanto de la Ciudad Vieja como de la Ciudad Pequeña de Praga. La planta baja de la quinta está ocupada por el restaurante Terra, que cuenta con una terraza orientada hacia el sur. No es ninguna coincidencia que el nombre signifique «tierra» en latín, pues en la cocina se transforman platos clásicos checos elaborados con ingredientes locales en delicias culinarias modernas. El restaurante Piano Nobile se encuentra en el primer piso de la quinta. Los huéspedes pueden comer en el invernadero de naranjos, exquisitamente amueblado, o, en verano, en la terraza exterior. Los cocineros de este restaurante se inspiran en las tradiciones culinarias de los países de la antigua monarquía de los Habsburgo. Disfrute de los sabores de Austria, Hungría, Eslovenia y Croacia, unos platos exclusivos preparados con la máxima atención. Pruebe el gulash acompañado de un filete Svíčková o una contundente sopa de patata servida en un cuenco de pan. La bodega tiene más de 2.500 botellas de deliciosos caldos checos e internacionales.
Viñedos divinos
El viñedo tiene dos entradas: una se sitúa frente a la entrada del castillo, mientras que a la otra se llega por la Antigua Escalinata del Castillo. La historia de las vides de la colina del castillo se remonta a hace más de un milenio. Según la leyenda, los plantó san Wenceslao, el patrón de los checos. Este hombre de fe tenía verdadera pasión por la eucaristía, por lo que se dice que plantó las vides para poder elaborar él mismo el vino sacramental. Por esta razón, los praguenses los conocen como «viñedos divinos». Durante una concienzuda renovación para conmemorar el 1.100º aniversario de san Wenceslao, se permitió que se plantasen uvas riesling y pinot noir.